28/08/201800:00:46

El aeropuerto y la ciudadanía

28/08/201800:00:46

Muy pronto llegó un caso complicado de resolver para el nuevo gobierno que empezará el 1º de diciembre: el nuevo aeropuerto de la ciudad de México (NAICM), que se hereda de la actual administración.

Es un megaproyecto muy importante para la zona metropolitana y para el país. A pesar de que lleva un 31% de avance, ha sido motivo de una disputa que combina problemas ambientales, financieros, técnicos y políticos. El tema fue motivo de disputa durante la pasada campaña electoral y, ahora, se necesita decidir si la obra sigue o se detiene y se busca otra solución. En el estilo de AMLO, en donde no se sabe cuál será la decisión sobre el NAICM, porque como candidato primero dijo que no y se enfrentó a varios empresarios; después matizó y dijo que posiblemente se podría concesionar a la iniciativa privada. Ahora como presidente electo dice que mantendrá una posición neutral (cualquier cosa que eso signifique) y que con los dictámenes técnicos se hará una consulta o encuesta (vinculatoria) para saber qué opinan los ciudadanos. Un mecanismo que no tiene la legalidad necesaria, pero que podría tener legitimidad.

Sobre el nuevo aeropuerto se ha escrito ya una larga historia en lo que va de este Siglo XXI, primero la iniciativa con Fox y la represión a los habitantes de Texcoco en 2004; luego la cancelación; diez años después el reinicio con Peña Nieto que puso en marcha el NAICM en el mismo lugar. Al mismo tiempo, hay un amplio movimiento social de las comunidades y municipios afectados en esa zona del Valle de México que están en contra de la obra en esa región. Estos grupos se oponen, entre otras cosas, por el daño al medio ambiente que ya empezó a destruir de forma severa los recursos naturales del área.

El conflicto se puede mirar desde tres ángulos, lo económico y financiero, sobre lo cual AMLO ha dicho que se puede concesionar la obra sea privada; por cierto, ese es el menor de los problemas. Otro es el tema ambiental, sobre el que ya existen una gran cantidad de estudios que dicen que el proyecto es una barbaridad, que pone en peligro el ecosistema y amenaza el desarrollo de toda la zona oriente de la Ciudad de México. El otro ángulo es el de la opción alternativa, es decir, Santa Lucía, sobre el que hay dos diagnósticos, uno que dice que no puede operar de forma simultánea con el actual aeropuerto y otro que dice que sí puede.

A la espera de que se haga otro estudio, que tardará 5 meses, ya se hacen especulaciones sobre la consulta y/o encuesta. Una de esas versiones dice que AMLO ya tomó la decisión y sólo quiere más tiempo para concesionar la obra actual; también he escuchado la contraria, que habrá una opinión mayoritaria en contra y con eso legitimará la cancelación del NAICM. Aquí entra la parte ciudadana.

En un libro reciente de Ernesto Ganuza y Joan Font, “¿Por qué la gente odia la política?”, (CATARATA, Madrid 2018), se hace un estudio sobre el difícil balance entre representación y participación en una democracia. Sabemos que la representación está en crisis, los ciudadanos no se sienten representados en México, ni en otros muchos países. Sobre la participación hay discusiones sobre cómo instrumentarla. La pregunta que plantean Ganuza y Font es: ¿quién debe tomar las decisiones, la ciudadanía o los políticos? La mayoría de las respuestas se ubican en una media entre los dos. Al mismo tiempo, los autores abren tres opciones sobre lo que es importante en una democracia: que el gobierno explique sus decisiones a los votantes; que el gobierno cambie sus políticas en función de lo que quiera la mayoría; o que la ciudadanía tenga la última palabra. Los resultados se disparan hacia la tercera opción.

En el caso de la consulta y/o encuesta que se piensa realizar en octubre hay un problema importante, no se sabrá si la opción alternativa al NAICM, Santa Lucía, es compatible para funcionar con el actual aeropuerto hasta dentro de 5 meses, mucho tiempo después de la consulta. ¿Por qué no se espera el estudio y luego se hace el ejercicio para que la información pueda estar completa? Ya que se quiere emplear la participación ciudadana, no hay que desgastarla en un ejercicio mal diseñado…

Twitter: @AzizNassif