23/03/202000:54:38

Un Antes y Después del Sector Energético

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Si bien la humanidad ha padecido pandemias a través de toda su historia, lo inédito del Covid-19, es su expansión vertiginosa y exponencial de manera global, donde el mundo entero presencia sus estragos fatales en tiempo real.
Es este contexto, los hidrocarburos ocupan un lugar central, por la paralización productiva de China el motor de la economía mundial, donde apareció el primer brote, interrumpiendo los canales de suministro de la economía mundial.
Expertos prevén que la economía del gigante asiático, se desplome de un 6.3 por ciento a 1 por ciento en el primer trimestre del año; provocando la disminución de su importaciones de petróleo, cuyo consumo por día es de casi 14 millones de barriles; lo mismo que consumen en conjunto países como Alemania, Francia, Inglaterra, Japón, Corea del Sur, España e Italia. Se calcula que la disminución del consumo de hidrocarburos a escala mundial será sobre 20 por ciento menos en 2020.
Aunado a la guerra de precios protagonizada por Arabia Saudita y Rusia, los precios de la mezcla mexicana de petróleo crudo de exportación, que a inicios de 2020 oscilaban entre 56 y 59 dólares, el lunes negro del 9 de marzo se desplomaron hasta los 24.43 dólares, teniendo una leve recuperación en las siguientes jornadas; pero el día 12 vuelve a descender para situarse en 23.58; de manera paradójica el día 18 de marzo, se derrumba hasta los 14.54 dólares, su menor nivel desde 2018; para situarse el pasado viernes en 15.78 dólares por barril.
Ante los efectos para la economía y finanzas nacionales, agravado por el alza del dólar, es necesario un plan económico de contingencia, que en su vertiente energética, nos permita, una vez superada la crisis sanitaria, retomar el rumbo de la manera más rápida posible.
Mientras tanto, no hay tiempo que perder, de manera inmediata se tienen que tomar decisiones para darle un respiro al sector energético y a las finanzas nacionales; como concluir los acuerdos de unificación entre Pemex y Talos Energy, por el megayacimiento Zama, que ambas petroleras comparten; cuyo potencial se estima en 800 millones de barriles de petróleo recuperable; donde el criterio que debe prevalecer es quién de las partes está en la mejor posición de iniciar las labores de producción, con base en las leyes mexicanas, las capacidades técnicas, financieras; así como las evidencias de los trabajos de exploración realizados por la petrolera privada, donde ha invertido 12 mil millones de pesos.
En las actuales circunstancias, no se puede seguir atrasando la producción de un campo que aportaría el 20 por ciento de la producción nacional, por las divisas que representa para el erario, derivado de las regalías del 80 por ciento de las ganancias de la empresa privada, que se estima en 30 billones de dólares para el Estado Mexicano en 30 años.