17/10/201902:21:36

Inesperado

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En enero de 1999 Karol Wojtyla (Juan Pablo II) durante su visita a México emitió en el Estadio Azteca, ante dos millones de personas, su proclama contra el aborto en México a manera de frenar un debate que amenazaba con expandirse en América Latina. “¡Que ningún mexicano se atreva a vulnerar el don precioso y sagrado de la vida en el vientre materno!”.
Veinte años después, luego que el Congreso morenista de Oaxaca aprobara su despenalización y se sumara a la Ciudad de México como los únicos dos estados donde está legalizada esta práctica, nuevamente el debate ha vuelto a ocupar el interés nacional, particularmente en el resto de los 30 estados de la República.
En abril de 2007 la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la reforma al Código Penal que introdujo en la Ciudad de México la despenalización del aborto, única en su tipo en América Latina.
En Oaxaca lo hicieron el pasado 27 de septiembre y las posibilidades de que más congresos repitan las dosis está vigente.
Interrumpir legalmente los embarazos no deseados en América Latina, sólo en Cuba y Guyana, además de Puerto Rico, está legalizado.
En países como Chile, El Salvador, Honduras y Nicaragua la presión de los grupos Provida ha logrado, bajo presión política, un retroceso de las legislaciones que permitían la posibilidad legal de interrumpir un embarazo.
El tema en el pasado inmediato ha sido llevado a debate por el PRD, hoy mutado en su mayoría en Morena, buscando reformular la definición jurídica penal del aborto como una interrupción del embarazo después de la décimo segunda semana de gestación.
La medida pretende evitar las sanciones para las mujeres que se practiquen un aborto; proteger a las mujeres que fueran obligadas a abortar a través de la figura del aborto forzado (que se define como la interrupción del embarazo, en cualquier momento hasta sin el consentimiento de la mujer embarazada); además de reformar la Ley de Salud para ofrecer servicios de asesoramiento y contención a féminas que soliciten la interrupción legal del embarazo, más allá de la semana 13 de gestación.
En este contexto el pasado lunes 14 de octubre en la ciudad de Villahermosa la diputada federal Soraya Pérez Munguía y el actor Eduardo Verástegui encabezaron la presentación de la película “Inesperado”.
La cinta habla sobre las memorias de Abby Johnson, profesional de la salud que promovía el aborto y al observar de cerca el procedimiento decidió ser Provida y ayudar a mujeres en este tipo de situaciones.
La mancuerna de política y arte es interesante, a partir del último debate que el Papa suspendió hace 20 años, después de su proclama.
Primero porque es mediante una filme cinematográfico, como se involucra a sociedad, medios de comunicación y grupos no gubernamentales, en este nuevo debate pro y contra el aborto en México. Una estrategia limpia pues.
La cinta marca que el proceso de reformas para la legalización es una estrategia de “control natal” y “negocios”, más que de salud reproductiva.
Como arte en sí la cinta está digerible y muy bien cuidada. Podría decirse de cinco estrellas.
Y como acción política coloca a la legisladora federal como una luchadora social de vanguardia, al encabezar desde el Sureste este nuevo intento por frenar la cultura de la muerte, marcando agenda de una manera muy inteligente como embajadora en la defensa de los “no nacidos”.
Aborto pues, a favor o en contra, será tema que llevará controversia entre partidos de aquí a las elecciones del 2021 y en medio de este debate se está desarrollando en todo el país frentes Provida para evitarlo. Habrá que estar pendientes de estos desenlaces.

KYBALIÓN.- Apapachada por el PRI, el PVEM y hasta Morena, la legisladora del PRD, Patricia Hernández Calderón, se perfila como la mujer del año.
Con un punto de vista equilibrado en la sesión del pasado martes mostró carácter al asumir la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso local, en ausencia de Rafael Elías Sánchez Cabrales.
Mostró temple ante las impertinencias del cada día más imprudente Charly Valentino –quien pinta para superar sus estulticias y meter en aprietos a su partido cada que sube a Tribuna- y lo hizo muy bien.
Patricia Hernández Calderón se ha convertido en la imagen del consenso y la pluralidad legislativa; dejó huella de ello en la LXII Legislatura y está consolidando su presencia en ésta.
Es también la presidenta de la Comisión Inspectora Dos y tiene en su poder el destino final de figuras como: José Eduardo Rovirosa Ramírez, Jorge Armando Cano Gómez y Gabriela López Sanlucas.
No hay que perderla de vista.