04/03/201900:00:18

La Herencia Financiera de Pemex

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En días pasados, Alberto Velázquez, director de Finanzas de Pemex, presentó los resultados financieros de 2018, sobresaliendo el incremento de la deuda, contratada en un 87 por ciento en dólares, la cual asciende a 105 mil 800 millones de dólares, 2.2 por ciento superior al monto registrado en el 2017; con lo cual se ubica como la petrolera más endeudada del mundo, después de décadas caracterizadas por una producción en declive, disminución de las reservas probadas, una carga fiscal creciente, derroche y corrupción.

Con base en el informe financiero del cuarto trimestre de 2018, tampoco cumplió con la meta de producción del año en cuestión, que contemplaba la extracción de un millón 950 mil barriles diarios; sin embargo, la extracción registró el año pasado en promedio un millón 833 mil barriles, lo que representa una caída del 6.9 por ciento con respecto a la del año anterior.

Si bien las perdidas se redujeron en un 47 por ciento con respecto a 217 que ascendió a los 280 mil millones de pesos, en 2018 en su balance las perdidas también fueron cuantiosas al registrarse la no desdeñable suma de 149 mil millones de pesos. Para remontar esta herencia financiera de Pemex dejada por el viejo régimen, el H. Congreso de la Unión autorizó un presupuesto 33 por ciento mayor al de 2018, ascendiendo a 13.7 mil millones de dólares; además el gobierno federal, dio a conocer un plan para rescatar a Pemex, que incluye medidas como la de incrementar los ingresos de Pemex en 107 mil millones de pesos, no contratar deuda en este año, inyección de capital por 25 mil millones de pesos, una reducción gradual de la carga fiscal por 15 mil millones de pesos anuales. Sin embargo, el pasado 29 de enero, la agencia calificadora Fitch Ratings con el argumento de un deterioro del perfil crediticio individual de Pemex y de la subinversión en exploración y producción, cambio su calificación a una perspectiva negativa.

En días recientes, Standard & Poor’s, bajó la perspectiva de las notas crediticias de México de estable a negativa, argumentando que es debido entre otras razones al cambio de las políticas del gobierno para reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético; lo cual no es cierto, ya que en los años pasados se privilegio la inversión privada en el sector, y a pesar de los pobres resultados el actual gobierno ha establecido una alianza con las empresas privadas petroleras para que continúen invirtiendo y se logre de manera conjunta aumentar la producción petrolera del país. Esta actitud de las agencias calificadoras en contra de Pemex, contrasta con la posición que ha asumido ni más ni menos que el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien a través de Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, sostuvo que están dispuestos a esperar que la dirección económica de México se asiente y pruebe la eficacia de sus política, incluso las de Pemex: “Es muy temprano para emitir un diagnóstico sobre las políticas públicas de la nueva administración… Estamos en el inicio de la nueva administración, que con apenas tres meses a cargo ya presentó un plan para enfrentar el reto que heredó en Pemex. Me da la impresión de que es una muestra de que son marcadamente responsables”.

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