10/01/202000:17:51

Los zarpazos del “tigre de papel”

10/01/202000:17:51

Que el imperio estadunidense vaya a la baja, no es ninguna noticia; tampoco que la sociedad del vecino país del norte sea una de las más desmembradas y enfermas del planeta, sus avances científicos y tecnológicos son extraordinarios, ni dudarlo, pero su alma está desgarrada.
Poco a poco ven los Estados Unidos de América–campeones del derecho –jajaja-, campeones de la libertad –jajaja-, campeones de la democracia –jajaja-, campeones de los derechos humanos –jajaja-, como se agotan sus posibilidades de explotación segura de recursos naturales, renovables y no renovables, en otras latitudes del mundo para satisfacer las crecientes necesidades de su gente, anotemos el petróleo en primer lugar.
Las naciones del orbe en las que el imperio, a través de sus empresas, chantajes políticos. amenazas y castigos económicos, había venido haciendo cuanto le viniera en gana, se fortalecen cada día y recobran con plenitud una soberanía que parecía aplastada, e impiden, modernizando sus estructuras administrativas y gubernamentales, que sus riquezas sirvan antes que a sus pobladores a otras sociedades.
En Latinoamérica, nuestra más inmediata semejanza, hay ejemplos de sobra sobre el brutal proceder norteamericano cuando los gobiernos no obedecen sus directrices y tratan de implantar reformas y darle un mayor sentido social a sus sistemas políticos. Cuba y Venezuela son dos ejemplos, pero habría que agregarles como sucesos de reciente registro, los casos de Chile y de Bolivia.
El “tigre de papel”, como llamo Mao a los Estados Unidos de América, se muestra tal cual. “Un tigre por fuera, está hecho de papel, incapaz de resistirse al viento y la lluvia”, como dijo el gran timonel a la periodista norteamericana Anna Louise Strong en entrevista realizada en 1956. Osama Bin Laden, enriquecería esa expresión, al decir que: “Podrán tener las mejores armas del mundo pero en su interior hay un gran vacío espiritual”.
El más reciente zarpazo de este tigre que se desmorona, aún cuando tenga colmillos nucleares –Nikita, dixit- acaba de darlo en Irán, al matar al general estratega Qasem Soleimani, tenido como un héroe nacional, y derribando misiles. El petróleo otra vez. El bendito petróleo, de nuevo, que por cierto sólo se puede vender y comprar en dólares norteamericanos, de ahí el famoso petrodólar, todos los países necesitan dólares para comprar petróleo, los estadunidenses fueron unos genios al obligar al mundo a comerciar con su moneda, no se puede comprar ni vender petróleo en otra.
Pero Irán, el país ahora atacado por Donald Trump que no pierde una para hacer campaña para su reelección, cuarto productor de petróleo a nivel mundial, desafió en 2018 al Imperio al vender su petróleo a China en moneda de este país, el Yuan, lo que molestó sobremanera a Trump, bloqueando a Irán brutalmente. Debido a estas sanciones, prácticamente ningún país del mundo puede comprarle petróleo a Irán y quien lo haga corre el riesgo de ser sancionado por el Tío Sam, salvo 8: China, Corea del Sur, Grecia, India. Italia, Japón, Taiwán y Turquía, que se saltaron las trancas.
Ahora bien, vamos entendiéndonos, el mayor consumidor de petróleo iraní es China, muy alegre porque Irán, que también produce uranio y posee una de las rutas más importantes para llevar petróleo al mundo, el Estrecho de Ormuz, descubrió en noviembre del año pasado, otro yacimiento importante.
Por dicho estrecho, pasa poco más de una quinta parte del crudo del mundo incluido el de los aliados de Estados Unidos y si estos entraran definitivamente en guerra con Irán, este país cerraría Ormuz creándose una crisis mundial inimaginable y el costo de los combustibles alcanzaría las nubes y un poco más allá.
¿Quién sería el país más afectado? Pues China, por supuesto. ¿Y a quién mataron los gringos? A Soleimani que había sido el general que más batalla le había dado a los “terroristas” de Isis en la región, encaminado a ser el próximo presidente, considerado como ya se dijo un héroe nacional.
Matarlo fue una provocación directa de Estados Unidos, fue una invitación a la guerra que no pasó desapercibida por China, que está en guerra económica con Estados Unidos y tiene todas las de ganar a largo plazo. Estados Unidos necesita entonces ponerles de alguna manera los pies en el cuello a los chinos y qué mejor manera que la de crear un conflicto con el que tiene la llave del grifo de ese petróleo que China necesita para seguir creciendo, país que se atrevió a desafiar a los petrodólares: Irán.