24/11/201705:00:05

Oprimidos y reprimidos

José Alberto del Rivero Análisis

Análisis

24/11/201705:00:05

Mis generosos lectores, permítanme decirles que deseo ser lo más optimista posible –y de veras que quiero serlo–Pero por más esfuerzo que hago me derrumbo pero no me dejo caer, y esto me está sucediendo pues al leer en redes sociales a Diego Valadez sobre nuestras universidades, lo cito: “El pasivo laboral de las universidades públicas es un problema económico. Dejar de resolverlos hará que sea un problema social y humano, además de un escollo para el desarrollo del país. Las universidades públicas son una inversión social” –Nos dice el doctor–”Ahora se presenta un problema que hay que resolver antes que se presenten dos problemas” –agregando– “Sólo la miopía política hará que el problema de las universidades públicas sea también un problema social”
Por otro lado, mis estimados lectores, Víctor Trujillo, en su personaje de Brozo nos comenta “que los senadores no escatiman en el gasto de la estética del senado, se gastan un aproximado de $110,000 mensuales”. Independientemente de los otros gastos superfluos que estoy seguro existen y desconocemos, sin embargo nosotros los pagamos con lo que se le descuenta del presupuesto a nuestras universidades públicas. Pero miren ustedes, no nos mortifiquemos, porque estos senadores se ven bien, se encuentran bien; así que no veo el motivo de mi malestar ni hay motivo para el de ustedes. Por supuesto, este gasto lo autoriza el Congreso, diputados y senadores; al fin que para eso es que sirve el Congreso, y para OPRIMIR a nuestras universidades.
Pero no tengo por qué deprimirme, ni vayan a deprimirse ustedes. Ya que por ahí en las redes sociales se difunde el comparativo de nuestro salario mínimo –ahora que ya le han hecho este considerable aumento– siendo de $88.36 diarios con relación al de Estados Unidos de $1,672 al día; y el de Canadá de $1,102. Pero no termina esto ahí, las noticias siguen.
Como ustedes saben mis pacientes lectores, México pertenece al G20. El poder adquisitivo de la moneda mexicana es de un menos 40% en comparación a dicho grupo; pero Agustín Cartens, “el niño sano” (como decimos en Tabasco) lo va a negar.
Pero ¿qué finalidad tiene todo esto para ustedes mis estimados lectores? Explico, resulta que el congreso OPRIMIÓ el presupuesto a las universidades públicas. La comunidad académica universitaria está preocupada, -me refiero a nuestra Universidad Juárez- el presupuesto que la universidad recibe por alumno es de $40, mientras otras universidades reciben $100 por alumno.
Mis lectores, lamento decir que no veo a nuestro Congreso local, ese Congreso plural del pueblo; y que me gustaría ver haciendo un frente común a favor de nuestra universidad, para que las palabras de Diego Valadez no se conviertan en una triste realidad (social y humana). Estoy de acuerdo con Carlos Argentino, académico al que tuve la oportunidad de conocer en mi última estancia en Otzenhausen, Alemania. Quien nos hablaba de un personaje muy respetado en su nación y cito: “las mayorías pobres de nuestro país son OPRIMIDAS y REPRIMIDAS cotidianamente por las estructuras económicas y política”. Ustedes queridos y amables lectores, ¿creen que eso esté sucediendo en México? cuando es bien sabido por todos que para que un pueblo progrese es a través del conocimiento y la innovación. Pero en México no, aquí el desarrollo es OPRIMIDO por los actores políticos para que nos mantengamos en la capacitación y adiestramiento; y por otro lado, REPRIMIDOS por la impunidad y la corrupción.
“Algún día llegarán al poder los hombres de honor, de moralidad y de conciencia; algún día serán cumplidas las promesas y respetados los juramentos” Ponciano Arriaga.