17/01/202123:54:08

Respeto a las Políticas Energéticas Soberanas

17/01/202123:54:08

La vecindad de México con Estados Unidos entraña una vinculación dinámica en todos los ámbitos: histórico, demográfico, económico, político, social, migratorio y cultural; en este marco se debe contextualizar la carta del actual gobierno de los Estados Unidos en torno al sector energético mexicano, a solo cinco días del cambio de administración y firmado por tres secretarios estadounidenses.
La misiva, donde valoran la cooperación de ambos países para superar los actuales desafíos sanitarios y económicos, se centra en la política regulatoria energética del gobierno mexicano.
El gobierno estadounidense saliente expresa su respeto al derecho soberano de México a determinar sus propias políticas energéticas; pero a partir del supuesto de que algunas decisiones en materia regulatoria en beneficio de las empresas productivas del Estado puedan inhibir la competencia y dañar el clima de inversiones, manifiestan su preocupación por el cumplimiento de los compromisos de México en el T-MEC.
La titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, respondió de manera inmediata y contundente: “La relación con Estados Unidos dentro del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) en materia de energía es de respeto a las normas constitucionales de cada país, así quedó especificado en el tratado”.
Al respecto, podemos abonar lo siguiente: México y ningún Estado soberano, en momentos de crisis sanitaria y económica, puede descuidar y menos abandonar la regulación de sus áreas estratégicas, que son asunto de seguridad nacional y seguridad energética.
Sobre todo, cuando Pemex redujo en un 50 por ciento su producción de 2004 a 2019; y su deuda paso de 841 mil millones de pesos en 2013 a más de dos billones en 2018; haciendo necesaria una disminución de su carga tributaria y capitalizarla para que continuara participando en el mercado petrolero.
La reactivación del sector energético mexicano está basada en el fortalecimiento de las empresas productivas del Estado y el aliento a la inversión privada nacional y extranjera, en un marco de certeza jurídica, honestidad, transparencia y reglas claras, de acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo.
Un ordenamiento energético Constitucional intacto da constancia de la certeza jurídica; así como la vigencia de los 133 Contratos para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos; y de los contratos de las subastas eléctricas, que llevan instalada el 74.6 de infraestructura para la generación fotovoltaica y eólica, avance importante en la transición energética; y el otorgamiento de 1,083 permisos a privados, quienes pueden producir el 46 por ciento de la electricidad y venderla.
Independientemente de quien gobierne Estados Unidos ya sea republicanos o demócratas, ellos siempre velarán por sus intereses, tal y como lo expresan en la misiva enviada. Por lo tanto, los poderes del Estado Mexicano deben cohesionarse en torno al sector energético, para establecer una relación constructiva, inteligente y de respeto ante el nuevo gabinete presidencial estadounidense, haciendo valer nuestros intereses nacionales.