Continúa el tráfico ilegal de quelonios en zona Pantanos

Armando Chavez
25/05/202005:46:35

Este sábado se conmemoró el “Día Internacional de la Tortuga”, sin importarles a cazadores furtivos

Pese a la pandemia de coronavirus que se vive a nivel mundial y sobre todo en el estado de Tabasco, el tráfico de quelonios sobre la carretera federal Villahermosa-Frontera no se ha detenido, inclusive siguen estando en sus mismos puntos de venta: a la altura del poblado Simón Sarlat, como se pudo observar el pasado 23 de mayo, fecha en que también se conmemoró el “Día Internacional de la Tortuga”.
Por tal situación algunos automovilistas que todavía transitan por esta vía para acudir a sus trabajos señalaron que es una lástima que se continúe con este tipo de actividad, que de alguna manera afecta a la población de esta especie ya que se siguen ofertando tortugas muy pequeñas que seguramente aún no llegan a su ciclo reproductivo.

POBLADORES DE SIMÓN SARLAT
Con motivo del “Día Internacional de la Tortuga”, conmemorado el pasado 23 de mayo, durante un recorrido realizado por la carretera federal a la altura del poblado Simón Sarlat y en donde desde hace varios meses se ha detectado el tráfico ilegal de quelonios, se constató que estas personas siguen haciendo la vendimia de estos animales a los automovilistas que transitan por esta vía, sin que ninguna autoridad desde inicios de año se haya preocupado por hacer algún tipo de operativo para detener esta venta ilegal.
Los vendedores de quelonios manifestaron que realizan este tipo de actividades porque no tienen otro tipo de forma de cómo obtener dinero para llevarle a sus familias, ya que recordaron que desde hace varios meses están haciendo esta actividad para poder llevar recursos económicos a sus casas y ahora que se está viviendo esta pandemia la situación se ha vuelto más difícil; por lo cual siguen realizando este tipo de actividades ancestrales, ya que el gobierno no les ha dado algún tipo de opción para poder dejar esta actividad.
Cabe destacar que en su oportunidad algunos ambientalistas han manifestado que este tipo de venta ilegal de tortugas y otros quelonios puede poner en peligro el ciclo reproductivo de esta especie, puesto que se están vendiendo muchos animales jóvenes a los cuales no se les está dejando reproducirse, lo cual puede provocar reducción muy importante del número de población de las tortugas.