María de Jesús Patricio Martínez, mejor conocida como Marichuy , sonríe de buena gana. Responde así que ella no es el dedazo del subcomandante Marcos como aspirante a candidata presidencial.
Médica de la etnia náhuatl, indígena y madre de tres hijos, es mujer seria y “necia”, por creer que es necesario “visibilizar el dolor de los pueblos indígenas, que han sido olvidados”. En mayo de 2017, el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) la eligió como su abanderada a la Presidencia como candidata independiente. El surgir de una decisión colectiva del CIG la hace distinta a Morena, donde “sólo una persona toma decisiones”,
aunque ella jamás menciona el nombre de Andrés Manuel López Obrador.
El 1 de enero de 1994 irrumpió en Chiapas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional contra el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Su objetivo era
combatir el régimen y visibilizar a los pueblos indígenas. A más de 20 años de distancia, hoy Marichuy dice que su propuesta es pacífica, contrario
a lo que el gobierno quiere, “que sean más violentas [las reacciones sociales] de resistencia”. Jesús Patricio, de 54 años, recibe a EL UNIVERSAL en
oficinas de la Ciudad de México, consciente de contar con pocas firmas y tener el tiempo en su contra.
¿Declinaría a favor de algunos de los candidatos o candidatas?
—Pues no, no estaríamos en este caminar, en esta propuesta que ha surgido, que es algo diferente a lo que están planteando los partidos.
¿Por qué lanzar una iniciativa ahora?
—Porque esperamos mucho tiempo las comunidades, sobre todo de que hubiera alguna respuesta de parte de los gobiernos, porque son varios los
que han ido pasando a través de todos estos años. Nosotros vemos que, aunque cambien de color, es lo mismo que está quedando allá arriba. Es la
misma destrucción que está pasando, en nuestros territorios hay abandono. Era el momento de participar con una propuesta muy diferente a como
la tienen los partidos.
¿Qué diferencias de ideas hay entre Morena y el Concejo Indígena de Gobierno?
—El Concejo Indígena de Gobierno [está integrado por] representantes indígenas de varios pueblos que han caminado en el Congreso Nacional Indígena y es algo colectivo, no es una persona la que decide, no es alguien quien dice qué se tiene que hacer, sino que es un platicar entre varios, es pensar juntos cómo se va a dar un paso, cómo vamos ir caminando en ese fortalecimiento. Entonces, por eso pienso que es diferente.
Dicen que su campaña se diseñó para restarle puntos a AMLO…
—No surgimos para eso, desde que decidimos participar en este proceso fuimos claros de que nuestro caminar es diferente, es con los de abajo. El
cambio va a venir de abajo, de lo que se logre organizar. Por eso pensamos que nuestra propuesta va más allá de 2018, porque se ha demostrado
que los partidos que llegan al poder se corrompen más y se olvidan de que hay un pueblo que está sufriendo.
En 2005-2006, el EZLN y el movimiento indígena organizaron La Otra Campaña, ¿cuál sería la diferencia de ese y lo que hoy usted está representando?
—Es continuar, pero ahora en este escenario político. Pero sí, es lo mismo que se planteó: la organización tiene que surgir desde todos los que estamos
siendo explotados, tanto del campo y de la ciudad, que tenemos que articular los diferentes sectores, hacer una sola fuerza, una sola mente, así se
va a dar ese cambio.